Rayito y sus amigos loros
II Parte
Rayito y sus nuevos amigos loros se pasaban
conversando y contando sus andanzas arriba de los árboles de la plaza donde
nadie los molestaba.
Un día Rayito le dijo…! Amigos el otro día les dije
que necesitaba dos compañeros que pudieran volar para que me acompañaran a una
aventura! ¿Se acuerdan? ¡siii! Dijo uno de los loros… ¿y cual sería esa
aventura? Bueno, dijo el gato, necesito
ir a un campo cercano que tiene una linda laguna llena de peces y quiero
atrapar algunos para regalárselo a mi amigo gaturro de cola pelada, porque al
pobre le faltan dientes y no puede cazar por si solo y necesita comer sólo
cosas blandas y no le gustan ni las frutas ni las verduras…se parece mucho a
unos niños amigos que aunque tengan dientes tampoco les gustas las frutas y las
verduras aunque son muy ricas y tienen muchas vitaminas.
¿Y cuál es el problema de pescar los peces solo?
Indico uno de los loros un poco intrigado y sabiendo que los gatos son buenos
para pescar desde la orilla… ¡lo que sucede! Dijo el gato, es que la laguna es
pequeña y tiene unos perros guardianes que no dejaban acercarse a nadie,
incluso he sabiendo de pescadores que han tenido que salir corriendo porque los
perros los habían descubierto pescando. Por
eso la laguna tiene tantos peces, porque nadie puede pescarlos.
¿Y cuál sería el plan? Preguntó uno de los loros…
pensaba, Dijo el gato, que mientras ustedes distraen a los perros a un lado de
la laguna yo puedo pescar tranquilo al otro lado. Nos parece una buena idea
dijeron los loros, pero también es una poco arriesgado porque ¿qué pasa si los
perros nos atrapan?... ¡¡no!! Dijo el gato, tiene que volar bien alto para que
los perros no los alcancen, por eso los necesitaba a ustedes.
Llegó el día y se reunieron en la copa del árbol de
siempre a programar como sería su viaje hasta la laguna.
¡Y como lo haremos para que volemos hasta la laguna
si tú no sabes volar! le dijo uno de los loros al gato, ¡bueno tendrán que
llevarme! Dijo el gato… ¡la única forma que conozco! Dijo el otro loro es
tomándote de la cola! ¡¡Pero como!! Exclamo el gato… ¡yo pensé que me llevarían
sobre el lomo!… ¡¡No podemos!! Dijo uno de los loros ¡porque somos muy
pequeños, pero tenemos mucha fuerza en nuestros picos!.
El
gato un poco resignado aceptó porque era la única manera de llegar más rápido
al lugar donde pescar. Así que por un rato, y un poco resignado, se fue
colgando de la cola mirando el mundo al revés mientras viajaba.
Finalmente
llegaron a un árbol cerca de la laguna para vigilar si aún estaban los perros
guardianes. A lo lejos los divisaron cerca de la casa de campo donde dormían
plácidamente. En eso estaban cuando de repente se rompió la rama donde estaban
y mientras los loros volaban a otra rama el pobre gato comenzó a caer por entre
el follaje hasta que finalmente pudo afirmarse del árbol antes de caer a
tierra.
Con
tanto ruido los perros despertaron y ya estaban bajo el árbol esperando que algo
cayera, sin darse cuenta de los loros ni del gato.
Cuando
todo quedó en silencio los perros volvieron a su descanso y el gato pudo subir
hasta donde estaban los loros para continuar con el plan.
El
acuerdo era que los loros volaran al otro lado de la laguna, metieran un poco
de ruido para que los perros los persiguieran mientras el gato bajaba hasta la
laguna por este lado y pudiera pescar un par de peces.
Así
fue que los loros volaron y metieron
mucho ruido al posarse sobre unos arbustos y los perros que no permitían
que nadie se acercara, corrieron ladrando y haciendo que los loros volaran a
unos árboles un poco más altos, mientras rayito ya se había bajado del árbol se
acercaba a la laguna con la intención de pescar. El gato había visto varios peces
cerca de la orilla cuando estaba en el árbol pero al acercarse no veía ninguno,
parece que el ladrido de los perros los había asustado y se fueron hacia
adentro. Por más que buscaba no encontraba ninguno y los perros habían dejado
de ladrar y parece que se acercaban. Los loros al percatarse que rayito aún no
pescaba tuvieron que bajar a los arbustos para que los perros los persiguieran
y así el gato tuviera más tiempo.
El
pobre gato estaba inquieto por no ver peces desde la orilla así que decidió que
tenía que nadar hasta el centro de la laguna donde seguramente estaban los
peces y además los perros no se atreverían a meterse al agua.
En
eso estaba rayito nada que nada en la laguna cuando uno de los perros se dio
cuenta y se lanzó al agua también a perseguirlo. Justo en ese instante el gato
se dio cuenta que no sabía nadar y cansado empezó a maullar a ver si los loros
lo escuchaban, pero con tanto ladrido era muy difícil que lo escucharan.
Afortunadamente
uno de los loros vio el estado del gato y voló rápidamente para poder salvarlo
de ahogarse y del perro que seguía nadando.
Así
fue que el loro tomó de la cola a rayito y lo elevó por el cielo hasta posarse
sobre un árbol muy alto donde se encontraba el otro loro. Muy grande fue la
sorpresa de todos al percatarse que el gato, todo empapado, no podía hablar
porque había atrapado un tremendo pez que aún se movía en su hocico.
Así
fue como le llevaron una comida blanda y fresca a su amigo gaturro de cola
pelada, quien les agradeció mucho el gesto de su amigo rayito y de sus nuevos
amigos loros.
FIN
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