Columna de opinión
¿Universos paralelos?
Por: Pepe Guriff
Un grupo de científicos que trabaja en un proyecto financiado por la NASA
podría haber encontrado, por primera vez, unas partículas de energía diferentes
a las nuestras en la Antártida. Según las hipótesis que se están planteando,
estas partículas no pertenecerían a nuestro universo o seguirían unas leyes
físicas distintas a las que se conocen hasta ahora.
Pareciera que dichas partículas están dispersas en varios lugares de Chile
y principalmente en la clase política que vive, al parecer, en un universo
paralelo. Lo digo porque recientemente apareció en El Mercurio una carta donde
presentan al controvertido exsecretario de Estado Jaime Mañalich como un
“noble” servidor público que fue víctima de “la descalificación permanente, sin
lógica ni medida, que se ha instalado, destruyendo día a día nuestra sociedad,
causando tanto o más daño que el virus”.
Dicha carta fue firmada por “honorables políticos” de derecha (del otro
universo), entre los que se encuentran: Andrés Chadwick y Ena Von Baer
(exvocera y actual senadora), de RN (como el exsubsecretario del Interior y
actual asesor de Palacio, Rodrigo Ubilla), y militantes de Evópoli (como Felipe
Kast y Luciano Cruz-Coke); además de otros que tuvieron pasos polémicos por el
gabinete, como los exministros de Educación Gerardo Varela y Marcela Cubillos,
o el exsubsecretario de Redes Asistenciales Luis Castillo, y algunos indagados
por la justicia, como Laurence Golborne, el exministro implicado en el Caso Penta.
Sorprende la falta de humildad de los firmantes (del otro universo) para
reconocer la execrable labor del exministro, si tan solo basta con hacer una
simple búsqueda de los desatinos del ministerio de salud mientras fue su
director, para darse cuenta que todas o casi todas las opiniones o decisiones
respecto de la pandemia fueron cambiadas en ciento ochenta grados y aun así no lograba contener la
proliferación de la pandemia con todo lo que ello significa, más contagiados y
más muertos.
El texto señala que “quien mejor ha encarnado en estos tiempos la imagen de
un buen servidor público ha sido Jaime Mañalich. Entregó con generosidad todo
su profesionalismo, talento y energía al servicio del país, incluso con riesgo
para su salud, su vida y la de su familia. Qué más noble tarea que encabezar la
lucha frontal de un Chile que se moviliza para combatir la propagación del
COVID-19 y busca atender con eficacia a sus víctimas”.
Vamos por parte, la definición de “Un servidor público” es “una persona que
brinda un servicio de utilidad social. Esto quiere decir que aquello que
realiza beneficia a otras personas y no genera ganancias privadas”. Si uno mira
y analiza con detalle las declaraciones del ahora exministro verá que poco o
nada había de “utilidad social” pero si mucho de “ganancia privada” sobre todo en
lo político y de quedar siempre como el mejor de su clase y sabedor omnisciente
de cuanto ocurra en el ámbito de la salud pública.
Continúa la carta “Entregó con generosidad todo su profesionalismo, talento
y energía” veamos de nuevo la definición de profesionalismo “persona que
desempeña un trabajo con pericia, aplicación, seriedad, honradez y eficacia”
¿Acaso la ambigüedad en la entrega de datos, la falta de seriedad en las
explicaciones a las preguntas de los periodistas y la poca capacidad de ser
eficaz en este universo o en otro no sería falta de profesionalismo?
“Busca atender con eficacia a sus víctimas” con 184.449 contagiados a la
fecha y 3.383 muertos producto de la pandemia nos habla “muy bien” de la
eficacia planteada por los firmantes (del otro universo).
Añade que “todo ese esfuerzo y compromiso de Jaime no fue suficiente para
satisfacer la furia incontenible que invade a muchos —en este Chile que sufre—
por destruir a sus adversarios políticos, que los mueve a criticarlo todo, a
desconocer el esfuerzo ajeno y a ensuciar la imagen de servidores públicos
sobresalientes”.
Al parecer el 99.99% de los Chilenos estamos equivocados respecto de la
gestión del exministro y que incluso el presidente de la república lo sacó del
ministerio en una forma de reconocer la excelente gestión de este “servidor
público sobresaliente” tal como lo hace el técnico de fútbol sacando al
goleador antes de que termine el partido para que reciba todos los aplausos y
vítores posibles.
Es sorprendente que en esta parte de la carta los firmantes (del otro
universo) culpen a los habitantes (de este universo) que al parecer ahora les son
visibles y que tengan como único objetivo sólo destruir a sus adversarios. Bueno
es un libreto antiquísimo y que muchos conocen, el de echarle la culpa a un
tercero de los pecados propios.
El científico Steve Hawkins tenía razón al plantear su teoría de los
agujeros de gusano, ojala los firmantes (del otro universo) encuentren uno para
que vean la cruda realidad de este lado del universo.
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